Algo que nos preguntamos muy a menudo como padres cuando se acerca un cumpleaños, la navidad, o simplemente queremos comprar algo es ¿qué le podemos regalar?, ¿qué le gustará?, ¿A qué le hará caso? Lejos de que sea un juguete atractivo, que nos guste a nosotros… Lo que realmente deberíamos preguntarnos es ¿cómo es mi hijo en este momento?, ¿qué necesidades tiene?, ¿qué disfruta haciendo?… Es posible que algunas de esas preguntas sean fáciles de responder, pero puede que otras no tanto. Por otro lado, deberíamos ser capaces de analizar también el juguete ya que no todos los juguetes son iguales ni permiten un juego de calidad.
Debemos a ofrecer juguetes a los niños que no fomentan su imaginación. Cuantas menos cosas haga un juguete, más activo será el juego.
Ya conocemos la importancia del juego y del desarrollo sensorial en los más pequeños, ¿Qué podemos hacer? Pues poner a su disposición diferentes materiales para que exploren, manipulen, huelan, observen, toquen…es decir juguetes pensando en:
– Qué aporta ese juguete ¿qué destrezas se desarrollan al usarlo: la psicomotricidad fina, el movimiento, la atención, la coordinación óculo manual…?
– Lo que propone el juguete ¿da libertad al niño para que sea el protagonista de su historia? ¿Permite un juego abierto en el que el niño puede imaginar? ¿es el juguete el que manda y le dice al niño lo que tiene que hacer? ¿el niño se limita a observar y escuchar al juguete? O ¿es el niño el que puede crear historias y diálogos, moverse a su antojo…?
Fuente: Criando/Laura Estremera
Super interesante el post!!!